Curiosamente, quien visite Gruyère apenas encontrará referencias al queso agujereado del mismo nombre. En su lugar podrá pasear por un pueblecillo típico centroeuropeo, restaurado con una pulcritud que le da un cierto aire irreal y disneyano; es uno de los pocos sitios turísticos del país, donde abundan las tiendas de souvenirs, realmente difíciles de ver en otros lugares. Una caminata desde el centro lleva hasta el castillo de la localidad, que se conserva también en todo su esplendor.
Pero entre tanto bucolismo, Gruyère tiene también una dimensión freak: allí, en pleno centro del pueblo, se encuentra el museo dedicado al artista H. R. Giger, conocido sobre todo por sus diseños para Alien. Además de visitar el museo, la cafetería de enfrente tiene un curioso mobiliario inspirado en su estilo.
Gruyère está en el medio de ninguna parte, por lo que imagino que llegar en transporte público debe ser complicado. Es un sitio además pensado para visitar de día, por lo que el alojamiento habría que buscarlo en los alrededores. Como la cuestión lingüística en Suiza es complicada, aclaro que se trata de una localidad francófona aunque perteneciente a un cantón bilingüe, por lo que el alemán también sirve (como en todo el país, por otra parte).
Más información: http://www.gruyeres.ch/commune/