jueves, 13 de septiembre de 2007

Aarhus (Dinamarca)

Aarhus es la principal ciudad de Jutlandia, la Dinamarca peninsular. Frente al relativo caos de Copenhague, Aarhus sí es la clásica ciudad escandinava apacible y tranquila que da la sensación de sitio pequeño pese a contar con unos 300.000 habitantes. Al que llega en tren lo primero que le sorprende es la pulcritud y la calma de la estación central, que en todas partes suele ser un lugar ruidoso y caótico. Todas las calles del centro mantienen esa sensación de armonía y de sitio tan agradable como discreto. No hay grandes maravillas arquitectónicas ni atracciones que puedan atraer un turismo masivo, de hecho la mayor parte de visitantes de la ciudad vienen de otros puntos de Dinamarca o de las vecinas Alemania y Suecia. Seguramente el interés turístico de la ciudad se elevará cuando acaben las obras que están llevando a cabo para recuperar los canales que antiguamente atravesaban el centro de la ciudad, con lo que Aarhus se parecerá más al resto de poblaciones danesas, casi siempre rodeadas y surcadas por el mar o por lagos.

Los escandinavos buscan siempre vivir cerca de la naturaleza, y Aarhus no es una excepción, posee enormes superficies verdes. En la parte alta de la ciudad se encuentra el extenso jardín, más bien bosque, botánico, en el que si el tiempo acompaña los lugareños se tumban sobre el césped a tomar el sol; y en medio de éste se sitúa el Sygehus, una especie de versión danesa del Pueblo Español de Barcelona que reproduce varios lugares de Dinamarca y que es muy visitado por las familias. En la parte baja, pasado el puerto, porque Aarhus es una ciudad marítima, la larguísima playa se funde con el Mindepark, que incluye una reserva de ciervos y jabalíes y en otra de sus zonas una residencia propiedad de la familia real. Para recorrerse la ciudad, lo más danés sería sin duda alquilarse una bicicleta, el medio de transporte más habitual en el país para gente de todas las edades.

Mientras en otras localidades danesas más pequeñas la tranquilidad puede llegar a resultar un tanto excesiva, Aarhus es una ciudad universitaria, lo que se traduce en muchas actividades culturales, terrazas llenas si el tiempo lo permite y una nada despreciable vida nocturna, aunque al estilo escandinavo, es decir, en un tono de voz mucho más bajo del que estamos acostumbrados en países más al sur.

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